domingo, 16 de enero de 2011

LA CIENCIA EN LA PRESIDENCIA DEL PERU

En una conferencia dada hace poco, terminamos discutiendo algunas ideas sobre el futuro de la ciencia.

Entonces, propuse que, "..Estamos cansados de hacer petitorios a los diputados (congresistas), con sendas reuniones y firmas de documentos, para hacerles comprender la importancia de la ciencia, tecnología, investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).

Esto lo venimos haciendo desde hace muchos años, mis recuerdos se van al 84, hace 30 años. Nos reuníamos igual para hacer fila frente a las oficinas de Alva Orlandini (presidente del senado), nos pasábamos horas y horas, a tanta insistencia de días, nos dejaban pasar a última hora del día, pero para tratar con su secretario. ¿Ha cambiado algo hoy?. ¿No son los diputados de la misma profesión?. !!Si es así, no esperemos cambios. El resultado será el mismo, y lo es!!.

Hasta ahora las políticas públicas relacionadas con el fomento de la ciencia, sigue siendo pobrísimo, 0.12% del PBI en I+D. Es uno de los indicadores, que nos dice que el Perú, está en los lugares de menor inversión en ciencia, incluso en sudamérica. Podría citar otros indicadores, los artículos, o, las patentes, o, número de doctores y seguiremos en la cola. Por eso, hoy deberíamos proponer a algún científico o gente de la comunidad de ciencias, para alcanzar la presidencia de la república. Y, no deberíamos quedarnos solo en la propuesta de un ministerio de ciencia y tecnología (MCYT)".

Luego, durante la discusión, alguno de los más reconocidos promotores de ciencia, me dijo: "de modo que no estás de acuerdo con el MCYT". Mi respuesta fue sencilla. No pido un ministerio pido mas. Pues pidiendo ese techo de MCYT, parecemos como incapaces de aspirar a más. Pero es que, ¿nos consideramos menos que K.F?, ¿tan bajo hemos caído?. ¿Es que la constitución no exige simplemente ser ciudadano y con mayor de 35 años?.

Claro que sí podemos, y deberíamos aprovechar el espacio que se abre durante las elecciones para exponer nuestras ideas. Convencer a la sociedad, que la ciencia sí está en condiciones de plantear ideas de estado. Si nuestras ideas son reconocidas por la sociedad, ella va a exigir nuestra presencia en la conducción del país. Y con eso, los votos que traeríamos obligarían a cualquier partido nuestra presencia. Consecuentemente, nuestro techo de solicitar un MCYT, sería lo mínimo que nos darían.

Así, está cantado nuestro camino. Hay muchos colegas de ciencia que tranquilamente podrían aspirar con competencia a ese cargo.

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