PRESENTACION

Luego de muchas tentativas, finalmente, nos hemos dado la oportunidad de constituir una organización, cuyo fin principal es facilitar y lograr la presencia de científicos en las posiciones máximas de decisión política del país.

Este hecho es respuesta al historial de esfuerzos infructuosos realizados por los miembros de la comunidad científica, en la justa aspiración a que se dieran decisiones políticas del más alto nivel de manera de fortalecer la ciencia nacional y consecuentemente aprovechar los beneficios de la misma en la sociedad.

La actual coyuntura nos alcanza, en los esfuerzos de muchos colegas por la constitución del ministerio de ciencia y tecnología. Sin embargo, los partidos que están en contienda y los posibles ganadores, nos hacen presagiar que nuevamente la ciencia ocupará un lugar minoritario y de postergación. Por lo que para dar vuelta a esta situación, necesitamos que los miembros de la comunidad científica, salgamos ante la opinión pública, para ganar poder político, de modo que cualquier grupo político ganador de la elecciones presidenciales de mayo de 2011, tenga la información necesaria en CYT y pueda en el más corto plazo constituir dicho ministerio.
Evidentemente hay otros factores críticos que determinan la disponibilidad de ciencia nacional que incida fuertemente en la productividad de las empresas y consecuentemente en la competitividad nacional.

Empero, la medida en orden de creciente importancia pasa por el ministerio, y en segundo lugar la tarea deberá ser captar a los mejores científicos, nacionales o extranjeros, para esto es menester la dación de diversos disposiciones legales, como es la construcción de una Plan de Carrera del Investigador, que exalta la meritocracia, basada en la productividad.

En este primer número vamos a presentar conceptos, propuestas, experiencias de otros países, relacionados con estos instrumentos, con los que el Perú podría dar el salto hacia un país que pretende presentar una matriz económica donde tiene un alto peso el conocimiento.